13 de Julio de 2020
Excelentísimo
MONSEÑOR LUIS MARIO MONTEMAYOR
Nuncio,
NUNCIATURA APOSTÓLICA DE COLOMBIA
Carrera
15 No. 36-33
Bogotá
Excelentísimo Monseñor:
"Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y lo
será por siempre." Heb. 13,8
(Exhortación apostólica
post-sinodal Christifideles Laici de
su Santidad Juan Pablo II sobre
vocación y misión de los laicos en la iglesia y en el mundo 30-12-1988). Partícipes del
oficio sacerdotal, profético y real de Jesucristo 14. Dirigiéndose a los bautizados como a «niños recién
nacidos», el apóstol Pedro escribe: «Acercándoos a Él, piedra viva, desechada
por los hombres, pero elegida y preciosa ante Dios, también vosotros, cual
piedras vivas, sois utilizados en la construcción de un edificio espiritual,
para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a
Dios por mediación de Jesucristo (...). Pero vosotros sois el linaje elegido,
el sacerdocio real, la nación santa, el pueblo que Dios se ha adquirido para
que proclame los prodigios de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su
admirable luz (...)» (1 P 2, 4-5. 9).
La participación en el oficio profético de Cristo,
«que proclamó el Reino del Padre con el testimonio de la vida y con el poder
de la palabra»[24], habilita y compromete a
los fieles laicos a acoger con fe el Evangelio y a anunciarlo con la palabra
y con las obras, sin vacilar en denunciar
el mal con valentía. Unidos a Cristo, el «gran Profeta» |
Como
Fieles Bautizados, practicantes de la Fe Católica, declaramos que no podemos
adherirnos a las nuevas Normas y Leyes que se quieren implantar desde la alta
Jerarquía de Roma; cambiando de manera pública y desafiante el legado que recibe
un Vicario de Cristo en la tierra, por sucesión de los Apóstoles, como Depósito
de la Fe, porque el DUEÑO DE LA VIÑA
dijo: "Pasarán el cielo y la
tierra, pero mis palabras no pasarán." (Mt 24, 35).
No puede
cambiar nada absolutamente que sea DOGMA
DE FE. Es muy grave lo que está ocurriendo al interior de la Jerarquía de la Iglesia; tanto Clero
como Laicos, anteriormente veíamos el enemigo afuera, pero hoy vemos claramente
que desde adentro están deteriorando y socavando el Magisterio de la Iglesia. Son
tantas las ambigüedades que dicen y hacen, que han olvidado que: «Dios quiso que lo que había revelado para
salvación de todos los pueblos se conservara por siempre íntegro y fuera
transmitido a todas las generaciones» (DV 7).
Escuchamos
en homilías a Obispos y Sacerdotes defendiendo una falsa Misericordia y, con “el quien soy yo para juzgar” justifican el pecado. Otros
incluso hablando en términos políticamente correctos, adhiriendo en su
lenguaje hasta la defensa de algunas Filosofías antropocéntricas, humanistas y
ecologistas, “cambiando la verdad de Dios por la mentira y adorando a la
criatura en lugar del Creador.” (Rm 1, 25); olvidando por completo, los derechos, la Gloria y la Honra
que son debidas a Dios.
El Obispo o Sacerdote, no pueden enseñar
lo que opinan, piensan o desean, deben basarse estrictamente en lo que Jesús
les ha enseñado y mandado a enseñar en el Evangelio (Cf Mt 28, 19-20). Dice San Pablo: “Ay de mí si no
predico el Evangelio” (I Co 9, 16). “Hay algunos que os inquietan y quieren
cambiar el Evangelio de Cristo, pero, aunque nosotros mismos o un ángel del
cielo os anunciásemos un Evangelio diferente, ¡Sea Anatema! ¿Busco la
aprobación de los hombres o la de Dios?” (Gal 1, 7-8).
¿Será que la profecía de Isaías, a la que
Jesús hace alusión en Mt 13, 14-15 se está cumpliendo ya, no solo en la
multitud que le seguía, sino también en los Pastores de hoy?, olvidando las instrucciones que Jesús
les había dado para su Misión Apostólica en Mt 10, 16-28: “Mirad que Yo os envío como ovejas en medio
de lobos…. os odiaran a causa de mi
nombre; pero quien persevere hasta el fin, ese se salvará. No está el
discípulo por encima del maestro, ni el siervo por encima de su señor…. Y no temáis a los que matan el
cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed ante todo al que puede hacer perder
alma y cuerpo en el infierno.”
Por que
es muy claro y evidente “que viendo no ven y oyendo no oyen, ni entienden” (Mt
13, 13). Que solo se está obedeciendo a los hombres y no a Dios. Contradiciendo
aquellas palabras de San Pedro, San Juan y los Apóstoles: “HAY QUE OBEDECER A DIOS ANTES QUE A LOS
HOMBRES” (Hch 5, 29).
¿Y qué ha dicho Dios? “HACED
ESTO EN MEMORIA MIA” (I Co 11, 24-25) Desde el comienzo la Iglesia fue
fiel a la orden del Señor: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles,
a la fracción del pan y a las oraciones… Acudían al templo todos los días con
perseverancia y con un mismo espíritu” (Hch 2, 42.46). Y siempre se habían
mantenido fieles y obedientes a este mandato del Señor, a pesar de
persecuciones, guerras mundiales y otras pestes más mortíferas a lo largo de
estos dos mil años, como lo comprueba la historia: la “gripe española”,
durante el fin de la Primera Guerra Mundial, fue tan devastadora que en solo un
año mató entre 45 y 50 millones de personas. Y la “Peste Negra” por citar
algunas, ha tenido varios brotes, el más mortífero ocurrió en la edad media, se
originó en Asia, atacó el norte de África, Oriente Medio y llegó a Europa entre
1346 y 1347 y acabó con un tercio de la población de Europa, repitiéndose en
sucesivas oleadas, llegando finalmente a matar a unos 200 millones de personas.
Sin permitir a los
Gobiernos interferir y hasta dirigir a la Autoridad Eclesiástica.
Pero
ahora la Jerarquía de la Iglesia se hizo esclava del Poder Político. Olvidando lamentablemente su Misión:
“como el Padre me envió, también Yo os envío” (Juan 17, 18; 20, 21). Por esta razón,
como Cristo fue enviado por el Padre, Él mismo envió también a los Apóstoles,
llenos del Espíritu Santo, no solo para que al predicar el Evangelio
anunciaran que el Hijo de Dios, con su muerte y resurrección, nos ha liberado
del poder de Satanás y de la muerte y nos ha conducido al Reino del Padre; sino
también, para que realicen la obra de salvación, que anuncian mediante el
sacrificio y los sacramentos en torno a los cuales, gira toda la vida
litúrgica. (CIC 1086).
Olvidaron
que, Cristo
glorificado “sentado a la
derecha del Padre” y derramando el Espíritu Santo sobre su Cuerpo que es la
Iglesia, actúa ahora, por medio de los sacramentos, instituidos por Él, para
comunicar su GRACIA. Los Sacramentos son signos sensibles (palabras y
acciones), accesibles a nuestra humanidad actual. Realizan eficazmente la
gracia que significan, en virtud de la acción de Cristo y por el poder del
Espíritu Santo. (CIC 1084).
Durante
su vida terrestre Jesús anunciaba con su enseñanza y
anticipaba con sus actos El Misterio Pascual.
Cuando
llegó su hora (Cf.
Juan 13, 1; 17, 1), vivió el único acontecimiento de la historia que no
pasa: Jesús muere, es sepultado, resucita de entre los muertos y se
sienta a la derecha del Padre “Una vez
por todas” (Rm 6, 10; Heb 7, 27; 9, 12). Es un acontecimiento real,
sucedido en nuestra historia, pero absolutamente singular: todos los demás
acontecimientos suceden una vez, y luego pasan y son absorbidos por el pasado.
El
Misterio Pascual de Cristo, por el contrario, no puede permanecer solamente en el pasado, pues por
su muerte destruyó a la muerte, y todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y
padeció por los hombres participa de la eternidad divina y domina así todos los
tiempos y en ellos se mantiene permanentemente presente. (CIC 1085).
Finalmente,
mucho nos preocupa: ¿será que olvidaron? también las sabias palabras
con que su Maestro y Señor respondió a aquellos ‘fariseos hipócritas que en su
malicia le querían hacer caer: “Conociendo Jesús su malicia, respondió:
“… Dad, al César lo que es del César y a
Dios lo que es de Dios.” O ¿Ya se ha empezado a cumplir la profecía de
Zacarias 11, 16: “del Pastor que no se preocupa de la oveja perdida, ni
busca la extraviada, ni cura la herida, ni alimenta la sana, sino que se come
la carne de las bien cebadas y les arranca las pezuñas”? (Mt 22, 18-21).
Los firmantes de este documento, experimentamos la
necesidad de acudir a San Juan Bautista, y gritar, ahora que se acerca la Segunda
Venida de Nuestro Señor Jesucristo en Gloria, lamentamos que los Pastores,
médicos de las almas, por efecto de la Pandemia, se han confinado; por lo que debemos
ser la “Voz que clama en el Desierto”. (Mt. 3,3) "Preparen un
camino al Señor; hagan sus senderos rectos." (Ez. 34,8)"Por mi vida, oráculo del Señor
Yahveh, lo juro: Porque mi rebaño ha sido expuesto al pillaje y se ha hecho
pasto de todas las fieras del campo por falta de pastor, porque mis pastores no
se ocupan de mi rebaño, porque ellos, los pastores, se apacientan a sí mismos y
no apacientan mi rebaño;" (Is. 58,1) dice el Señor: “Clama a voz en grito,
no te moderes; levanta tu voz como cuerno y denuncia a mi pueblo su rebeldía y
a la casa de Jacob sus pecados.” (Is. 5,20) “Hay de aquellos, que llaman al bien
mal, y mal al bien, que cambian las tinieblas en luz y la luz en tinieblas, que
dan lo amargo por dulce y lo dulce por amargo”.
“Conservar
el depósito de la fe es la Misión que el Señor confió a su Iglesia, y la confesión de la fe tiene su justo
lugar en la celebración del Misterio Pascual de Cristo, en torno al Sacrificio
Eucarístico y los Sacramentos, a fin de que los fieles vivan de
él y den testimonio del mismo en el mundo” (San Juan Pablo II y CIC
1068).
Pero ¿Cómo
se alcanzará este fin, si los Sacerdotes decidieron cerrar la puerta de los
Templos a los fieles? Celebrando solo de manera virtual el Sacramento.
Para
la comprensión de la Eucaristía, San Pablo, alude a las palabras del relato de la creación: “Los dos (varón
y mujer) son una sola carne” (Gén 2, 24); y añade: “Quien se une al Señor es un
solo espíritu con él (es decir, una nueva existencia única, en virtud del
Espíritu Santo)” (I Co 6, 17). Y San Agustín, gracias a su devoción
hacia la comunión ha comprendido esto profundamente. En sus luchas internas
sobre la dimensión corpórea del cristianismo, tuvo una especie de visión en la
que escuchaba una voz que le decía: ‘Yo soy el pan de los fuertes, ¡cómeme!
Pero no serás tú quien me transformes en ti, sino que Yo te transformaré en mí’
(Confesiones, VII 10)”.
JESÚS
DIJO: “Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, quien no come mi
carne y no bebe mi sangre no tiene vida eterna en él” (Juan 6, 53-54). Y hoy por “preservar” la vida
terrena nos exponemos a perder la vida eterna. “Y si tenemos puesta la
esperanza en Cristo sólo para esta vida, somos los más miserables de todos los
hombres” (I Co 15, 19).
Definitivamente
esta Pandemia, al parecer
provocada por manos perversas, ha venido a ser como “esa mano que escribe en la pared” (Cf Dn 5), “allí ha sido pesado en la balanza, y
encontrado falto de peso”; aquí ha permitido medir la
temperatura, no tanto de la fiebre sino de LA FE de Obispos, Sacerdotes
y Laicos; y cuyo triste resultado es la evidente carencia de esta virtud
teologal, “tan necesaria para la salvación” (Cf Lc 8, 48), poniéndonos en
claro aquella frase del Señor: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará
FE sobre la tierra?” (Lc 18, 8).
“A quien
tiene una FE clara, según el Credo de la Iglesia, a menudo se le
etiqueta de fundamentalismo. Mientras que el relativismo, es decir dejarse «llevar a la deriva por cualquier viento de
doctrina», parece ser la única
actitud adecuada en los tiempos actuales. Se va constituyendo una dictadura
del relativismo que no reconoce nada como definitivo, y que deja como ultima
medida solo el propio Yo y sus antojos. Así la libertad humana se queda sin
referencia y orientación para distinguir lo bueno o lo malo” (Fragmentos
homilía del Card. Ratzinger 18-04-2005).
Dios "quiere que todos los hombres se
salven y lleguen al conocimiento de la verdad" (1 Tim 2,4), es decir, al conocimiento de Cristo Jesús (cf. Jn
14,6). Es preciso, pues, que Cristo sea anunciado a todos los pueblos y a todos
los hombres y que así la Revelación llegue hasta los confines del mundo.
Código
de Derecho Canónico 750: “Se ha de
creer con fe divina y católica todo aquello que se contiene en la palabra de
Dios escrita o transmitida por tradición, es decir, en el único depósito de
la fe encomendado a la Iglesia, y que además es propuesto como revelado por
Dios, ya sea por el magisterio solemne de la Iglesia, ya por su magisterio
ordinario y universal, que se manifiesta en la común adhesión de los fieles
bajo la guía del sagrado magisterio; por tanto, todos están obligados a
evitar cualquier doctrina contraria”. |
Hacemos
uso de la razón, para hacer pública
nuestra postura, como gran don infundido por Dios Padre Creador, desde el
mismo instante en que creó al hombre, precisamente como Corona de la Creación
para que, distinguiéndose de los demás seres creados, pudiese, admirar la
grandeza y majestuosidad del Creador que no es visible, pero se hace visible y
lo vemos en todo lo creado. Esa misma razón, nos faculta para no adherirnos a
lo que no hace parte del depósito único de la Fe, encomendado como lo expresa
el CDC No. 750 anteriormente expresado. De igual manera, “los fieles cuiden de evitar todo lo que no sea congruente con la misma”,
como lo dice el numeral 752 del mismo Código de Derecho Canónico.
Si Cristo “es la Cabeza del Cuerpo que es la
Iglesia” (Col 1, 18), por tanto, la Iglesia es una con Cristo. “Fuera
de la Iglesia no hay salvación, afirmaban
repetidamente los Padres de la Iglesia, ya que toda salvación viene de Cristo
Cabeza, por la Iglesia que es su Cuerpo” (CEC 846). Los Obispos y
Sacerdotes deben tener claro, que jamás alcanzaran la UNIDAD, pretendiendo reunirse con toda clase de religiones,
filosofías e ideologías que no tengan a Cristo por cabeza, ni vivan ni
permanezcan en comunión con Él, que es la Verdad (Cf. Juan 14, 6). Y así lo expreso San Juan: “Todo el que se
sale de la doctrina de Cristo, y no permanece en ella, no posee a Dios” (II
Juan 9).
Todos somos
creados por Dios, pero no todos, aceptaron recibirle y creer en su Nombre para
ser sus hijos. "Vino a los suyos y
los suyos no le recibieron. Pero a cuantos le recibieron les dio la potestad de
ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, que no han nacido de la sangre…,
sino de Dios" (Juan 1, 11-13).
La
verdadera UNIDAD se
dará cuando las personas,
verdaderamente tocadas en su interior y llamadas a una conversión radical, iniciemos
y PERMANEZCAMOS durante toda la vida en una comunión con Dios a través de los
SACRAMENTOS, desde el
bautismo hasta el santo viático (CIC 1226-1524). "También tengo otras ovejas,
que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi
voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor." (Juan, 10,6).
COMO
NOS LO ENSEÑA EL SEÑOR: “Permaneced
en mí y Yo en vosotros…Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que
permanece en mí y Yo en él, ese da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer
nada. Si alguno no permanece en mi es arrojado fuera y se seca; luego lo
recogen y lo arrojan al fuego y arden.” (Juan 15, 4-6).
JESÚS MISMO REVELA, QUE ÉL ES EL PAN DE
VIDA EN LA EUCARISTÍA.
Cristo revela el Misterio de la Eucaristía.
Sus
palabras son de un realismo tan fuerte que excluyen cualquier interpretación en
sentido figurado. Los oyentes entienden el significado propio y directo de
las palabras de Jesús (V.52), pero no creen que pueda ser verdad. De
haberlo entendido en sentido figurado o simbólico no les hubiera producido tal
discusión y posteriormente el abandono de muchos (V.66) (Cf. Juan 6, 48-58;
61-64.66).
“La
presencia del verdadero Cuerpo de Cristo y de la verdadera Sangre de Cristo en
este sacramento, no se conoce por los sentidos, sino sólo por LA FE,
la cual se apoya en la autoridad de Dios”, dice Santo Tomas. Por ello, comentando
el texto de San Lucas 22, 19: “Esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros”,
San Cirilo declara: “No te preguntes si esto es verdad, sino acoge más
bien con fe las palabras del Señor, porque El, que es la Verdad, no miente”
(Santo Tomas de Aquino, Summa Theologiae, III, 75, 1) (CIC 1381). “Porque
debido a la reverencia de este sacramento, nada lo toca, sino lo que es
consagrado; de aquí que el corporal y el cáliz son consagrados y así mismo las
manos del sacerdote, para tocar este sacramento”. San León Magno, Sumo
Pontífice: “Se recibe en la boca lo que se cree por la Fe”.
NOS PREGUNTAMOS: ¿POR QUÉ LOS CLÉRIGOS IMPONEN LA COMUNIÓN
EN LA MANO? SIENDO PECADO
SACRÍLEGO?. La única respuesta que encontramos: es NO tienen Fe, no creen en la Real, Verdadera y Sustancial,
presencia de Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar. No creen en el Autor de la Gracia, que es el mismo
Jesucristo, nuestro Señor que sanó a la hemorroísa, al paralítico, al ciego de
nacimiento, a la hija de Jairo, resucitó a Lázaro. Y es el “CAMINO, LA VERDAD Y
LA VIDA”. Se les recuerda que el Protocolo del Gobierno solamente SUGIERE al Gobierno Eclesiástico, no lo
ha impuesto. (Protocolo Piloto Min Salud 11-06-2020 Pág. 12). La Carta
Apostólica para dar la comunión en la mano es muy clara y dice: “que ningún sacerdote puede obligar a ningún fiel a recibir la comunión en
la mano”. Y la Congregación para el culto divino y
la disciplina de los Sacramentos dice: “todo fiel tiene siempre derecho a
elegir si desea recibir la sagrada Comunión en la boca” (Instrucción Redemtionis Sacramentum
(92).
Conociendo que la sagrada Eucaristía es “Fuente y Cima
de toda vida cristiana”, pues “contiene todo el bien espiritual de la Iglesia,
es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua” (CIC 1324). “PUESTO QUE CRISTO MISMO
ESTÁ PRESENTE EN EL SACRAMENTO DEL ALTAR, ES PRECISO HONRARLO CON CULTO DE
ADORACIÓN” (CIC 1418).
Recordemos brevemente, como se ha dado ese
proceso a lo largo de la historia de la Iglesia:
En
los comienzos de la Iglesia el ambiente era difícil, abundaban las herejías y
persecuciones. Había un conocimiento imperfecto de la Teología y la Liturgia no
estaba aún estructurada. Aunque debatían sobre algo tan fundamental como la Persona
y naturalezas de Jesús en los Concilios de Nicea, Constantinopla, Éfeso y Calcedonia
(S IV-VI). Hay un fuerte movimiento de Reverencia y Respeto a la Eucaristía,
entre los principales impulsores están San Cirilo de Jerusalén (315-386) y San
Juan Crisóstomo (347-407). EL
CONCILIO DE ZARAGOZA (380). dispuso: "Excomúlguese a cualquiera
que ose recibir la Sagrada Comunión en
la mano…... 650: "Condenamos la
comunión en la mano para poner un límite a los abusos que ocurren a causa de
esta práctica, y como salvaguarda contra sacrilegios." " CONCILIO ECUMÉNICO CONSTANTINOPLA: "Prohíbase a los
creyentes tomar la Sagrada Hostia en sus manos, excomulgando a los transgresores" (680-681). EL CONCILIO DE ROUÉN (año
650) prescribe: "A ningún laico, hombre o mujer, sea dada la eucaristía en la mano, sino en la boca”. “Sería locura insolente, el discutir qué
se ha de hacer cuando toda la Iglesia Universal tiene ya una práctica
establecida”. San Agustín: (354-430), (carta 54,6; a Jenaro).
Poco
a poco de forma espontánea, se va imponiendo
de rodillas y en la lengua por dos motivos principales: Evitar abusos y, sobre todo, porque se va
comprendiendo cada vez mejor la necesidad de una actitud de máxima reverencia
ante este Sacramento. Y se va cumpliendo la promesa de Jesús, que el Espíritu
Santo, nos iría instruyendo a lo largo de los siglos: “El Espíritu de la Verdad,
os guiará hasta la Verdad completa” (Juan
16, 13).
A partir del siglo IX: se deja de Comulgar de pie
y en la mano. Desde entonces, hace 11 siglos, se ha comulgado de rodillas y en
la boca.
En el
Siglo XI: En la
consagración de la Misa tocaban las campanas de la Iglesia. Todos los que lo
oían, desde los campos en que trabajaban, se volvían hacia la iglesia y se
arrodillaban.
En el
Siglo XIII: En Rímini, una
mula se arrodilló ante Jesús Sacramentado en la Hostia, que sostenía San
Antonio de Padua, quien había retado a los herejes.
En el
Siglo XVI, época, del
cisma protestante, el frente de ataque
fue la Santa Misa. La Iglesia Católica respondió al protestantismo,
con el Concilio de Trento y resume la Fe católica cuando afirma: "Porque
Cristo, nuestro Redentor, dijo que lo que ofrecía bajo la especie de pan era
verdaderamente su Cuerpo, se ha mantenido siempre en la Iglesia esta
convicción, que declara de nuevo el Santo Concilio: por la consagración del pan
y del vino se opera el cambio de toda la substancia del pan en la substancia
del Cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la
substancia de su sangre; la Iglesia católica ha llamado justa y apropiadamente
a este cambio transubstanciación" (DS 1642) (CIC 1376). Y añade: “El
hecho de que sólo el sacerdote da la sagrada Comunión con sus manos
consagradas, es una Tradición Apostólica”. “Si alguno dijere que, el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, no se
debe adorar con culto de Latría, aún externo a Cristo… sea ANATEMA”.
<<Los
Calvinistas introdujeron la “Comunión” de pie y en la mano, para mostrar dos
cosas: 1. Que no creen en la “Transubstanciación”, para ellos, es simbólica
la presencia de Jesús. 2.No creen en el Sacramento del Orden>>. Sin embargo, los católicos, siguieron
comulgando de rodillas y en la boca. |
Dice
Monseñor Athanasius Schneider: Obispo de Astana, Sec. G de la Conf. Episcopal de
Kazajistán. Sobre recibir la comunión en
la mano, “nunca he podido entender, siendo sacerdote y obispo, cómo se puede
recibir a Nuestro Señor Jesucristo, ¡a Nuestro Divino Señor Jesucristo! De una
manera tan pobre de gestos de adoración de reverencia, tras la publicación del
libro “DOMINUS EST”, “he recibido múltiples testimonios de personas sencillas,
especialmente recuerdo dos: Un católico japonés que se convirtió del budismo me
escribió agradecido; decía que no
pensaba que todavía un obispo podía defender la Comunión en la boca y de
rodillas, ya que fue acostumbrado por sus obispos a la comunión en la mano, me
dijo: “Señor obispo: hable sobre este tema, no se deje intimidar”. Así mismo,
un norteamericano, convertido del protestantismo, en cuyo culto se le permitía
arrodillarse para recibir en la boca la “cena del señor”, que es un mero
símbolo, pero al convertirse al catolicismo, le prohibieron recibir de rodillas
a Nuestro Señor en la Eucaristía”. Era absurdo que, como protestante, podía
arrodillarse ante un símbolo y, como católico, se le prohibía arrodillarse ante
la presencia real de Nuestro Señor.”
San
Pío X “Cuando se recibe la Comunión es necesario estar arrodillado, tener la
cabeza ligeramente humillada, los ojos modestamente vueltos hacia la Sagrada
Hostia, la boca suficientemente abierta y la lengua un poco fuera de la boca
reposando sobre el labio inferior”. Catecismo de San Pío X. Y
contestando a quienes le pedían autorización para comulgar de pie alegando
que: los Israelitas comieron de pie el cordero pascual les dijo: “El Cordero
Pascual era tipo (símbolo, figura o promesa) de la Eucaristía. Pues bien, los
símbolos y promesas se reciben de pie, MAS
LA REALIDAD SE RECIBE DE RODILLAS Y CON AMOR”. |
NOTA IMPORTANTE: Jesús dio en el Cenáculo a los Apóstoles la
comunión en la mano, no lo dice el Evangelio, de todas formas, los Apóstoles no
eran simples fieles: Acababan de ser Ordenados Obispos.
En
los siglos XIX y XX, los
Concilios Ecuménicos Vaticano I y Vaticano II, no prescriben ninguna norma sobre
el modo de distribuir la Comunión. Dando a entender que la forma de
recibir la comunión es la tradicional, de
rodillas y en la boca.
A lo
largo de los siglos,
sabia y prudentemente, la Iglesia ha querido mantener la herencia recibida de
sus padres, conforme pedía San Pablo: “Conservemos
las Tradiciones tal como nos han sido transmitidas” (I Co 11, 2).
El 29-06-1972, Tres años después de haber aprobado la Instrucción “Memoriale Domini” en la que debe conservarse
el uso tradicional de distribuir la sagrada Comunión en la boca, pero volvía
a permitir luego de 11 siglos la distribución de la
sagrada comunión en la mano, el Papa Pablo VI dijo: “Que el humo de
satanás por alguna grieta había entrado a la Iglesia”.
El 24-02-1980, el Papa San Juan
Pablo II nos decía en la Carta “Dominicae Cenae: el tocar las Sagradas
Especies, su distribución con las propias manos, es un privilegio de los
ordenados”. Y tres meses después, ante las cámaras de televisión francesa,
negaba “la comunión en la mano” a la esposa del Primer Ministro.
El 23-03-1989, la Madre Santa
Teresa de Calcuta, a la pregunta: ¿Cuál es el peor mal que se da en el
mundo? Dijo: “El peor mal que se da en el mundo es el rito de comulgar en la
mano” (The Fatima Crusader, 3 trim.89).
El
22-05-2008, SS. Benedicto XVI dijo: “Arrodillarse en adoración ante el
Señor es el remedio más válido y radical contra las idolatrías de ayer y hoy. Arrodillarse
ante la Eucaristía es una profesión de libertad: quien se inclina ante Jesús no
puede y no debe postrarse ante ningún poder terreno, por más fuerte que sea.
Nosotros los cristianos, sólo nos
arrodillamos ante el Santísimo Sacramento”.
El 14-11-2010, SS. Benedicto XVI: en “Luz del mundo”
entrevista Peter Seewald. Como Papa comenzó usted a dar la Comunión en la boca,
poniéndose de rodillas ¿Considera que es la actitud más adecuada? Responde:
“Al hacer que se reciba la Comunión de rodillas y en la boca, he querido
colocar una señal de respeto y llamar la atención hacia la presencia Real de
Cristo en la Eucaristía, ayudar a la devoción a los Fieles e introducir con más
facilidad el sentido de Misterio, aspectos que en este tiempo urge recuperar.”
“A aquellos que tratan de disuadirnos de
que NO, nos arrodillemos, se les recuerda que el hecho de
arrodillarse tiene su origen en la Sagrada Escritura, y en su comprensión de
Dios; El culto de Latría, se dirige a adorar
a Dios como supremo Señor de todas las cosas visibles e invisibles, pues es fin
y principio de todas ellas. Esta adoración solo es debida a Dios y fuera de
Dios a ninguno se le da, ni se puede dar, porque solo ÉL ES, el Señor absoluto
y Dios verdadero y fuera de Él no existe otro. “Adorar a Dios es reconocer, con
respeto y sumisión absolutos, la ‘nada
de la criatura’, que existe solo por Dios” (CIC 2097). Como bautizados, mediante, los Actos
Litúrgicos, participamos de la Liturgia Celestial, si bien invisiblemente. Dice
San Juan Crisóstomo: “Todo el Santuario
y el espacio en torno del altar, están llenos de legiones celestiales en honor
a Aquél que está sobre el Altar”.
Solo en
el Nuevo Testamento aparece (59) VECES, la palabra PROSKYNEIN, (gesto de
arrodillarse o postrarse) (24) de ellas en el Apocalipsis, el Libro de la
Liturgia Celeste, que se propone a la Iglesia como norma de la Liturgia. Si
consideramos a fondo esta postura, podremos distinguir tres (3) variaciones:
1.-LA
“PROSTRATIO”, El
postrarse rostro en tierra ante el Poder abrumador de Dios.
Por
brevedad, solo se mencionará un texto del Nuevo Testamento, que es ejemplar en
su gesto y contenido.
Mt 26,
39/ Mc 14, 35: En la oración de Jesús en el huerto de los Olivos, Jesús se
postra, cae rostro en tierra y ora a su Padre. Esta oración, como oración
que introduce la Pasión es ejemplar en su gesto y contenido.
El
gesto: Jesús asume la caída del hombre, se deja
caer en su fragilidad y ora al Padre, desde lo más profundo del abandono humano
y de la necesidad. Pone la voluntad humana en la voluntad divina, “Que no se
haga mi voluntad sino la tuya”. Asume toda la negación de la voluntad humana y
la padece.
El
contenido: precisamente esta conformación de la
voluntad humana con la voluntad divina, es el núcleo de la redención; puesto
que la caída del hombre se fundamentaba en oposición de voluntades. Por eso, el
“No se haga mi voluntad sino la tuya” es la palabra de la verdad, ya que la
voluntad de Dios no es una voluntad opuesta a la nuestra, sino su fundamento y
su condición para llegar así, a ser libre.
En la
Liturgia La “prostratio” se realiza actualmente en dos ocasiones: en el Viernes
Santo y en las Ordenaciones.
2.-
“ECHARSE A LOS PIES”,
en los Evangelios se describe (4) VECES, mediante el verbo GONYPETEIN
Se
relacionan las cuatro citas: Mc 1, 40; 10, 17 / Mt 17,14; 27, 29.
3.-
“ADORACION DE RODILLAS”, se elegirán dos ejemplos del Nuevo Testamento, Mt 14, 33; Jn 9, 35-38.
Y el término
empleado es PROSKYNEIN (Se encuentra (11) VECES, en el Evangelio de San Juan)”.
(JOSEPH RATZINGER Obras Completas XI – TEOLOGIA DE
LA LITURGIA – PARTE A. EL ESPIRITU DE LA LITURGIA).
En la Lectura Eucarística del día en que está fechada esta carta, Dios
habla por boca de su profeta y dice: “que por la iniquidad e impiedad de su pueblo, no acepta los sacrificios
y ofrendas que se le hacen” (Is 1 10-17); para entenderlo en nuestra
situación, ¿ES CÓMO SI EL SEÑOR QUITARA LAS MISAS Y NO ESCUCHARA NUESTRAS
ORACIONES Y DIJERA ESTOY HARTO DE VUESTRAS CELEBRACIONES, DE CÓMO CELEBRÁIS, DE
CÓMO ME RECIBÍS?; esto que
está pasando con el confinamiento, es como una muestra de lo que va a suceder
con la abominación desoladora predicha por el profeta Daniel, si continuamos
así; pues el Señor dice: “Aborrezco
vuestros novilunios y solemnidades, las detesto, estoy cansado de soportarlos”.
¡Dios está pidiendo Reverencia, Respeto y cumplir sus Mandamientos!! "Escrito está: “AL SEÑOR TU DIOS ADORARAS,
Y A EL SOLO SERVIRAS.”
Ap. 5,8
“Cuando lo tomó, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos, se
postraron delante del Cordero. Tenía cada uno una cítara y copas de oro llenas
de perfumes, que son las oraciones de los santos." Ap. 5-14 “Los ancianos cayeron de rodillas y
adoraron”. Flp 2,10 “al nombre de Jesús, toda rodilla se doble, en los cielos
en la tierra y en los abismos”.
Durante
las tres Lecturas Eucaristícas, siguientes a la fiesta de nuestra Señora
del Rosario de Chiquinquirá, en el Evangelio Jesús les recuerda las
instrucciones que les dio para la Misión Apostólica, presentándose finalmente
como signo de contradicción, resaltando la otra parte del primer
Mandamiento, el amor a Dios primero por encima de todo,
incluyendo la familia, pues, “Quien ama a su padre o a su madre, a su hijo o a
su hija mas que a mí, no es digno de mí” (Mt 10, 37). “…el
que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que ha hallado
su vida (su alma), la perderá; y el que ha perdido su vida (su alma) por mi
causa, la hallará” (Mt. 10, 38-39).
"«¡Simón,
Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he
rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto,
confirma a tus hermanos.»"
(Luc 22,31-32).
Por
tanto, es hora de decidir, con CRISTO
o contra CRISTO; no hay término
medio. “Conozco tus obras
que no eres frio ni caliente. Y así, porque eres tibio, voy a vomitarte de mi
boca” (Ap 3, 15-16).
Los
firmantes de este documento, declaramos que somos Cristianos Católicos practicantes,
Seglares de Fe. No somos
apóstatas, ni herejes, ni cismáticos; conservamos los valores morales
adquiridos en principio, aprendidos por tradición y hoy por convicción. Adoramos y Amamos a Jesús Eucaristía, aprendimos
a recibirlo de manos consagradas en la boca y de rodillas, como lo ordena la Santa Madre Iglesia Bimilenaria,
que Dios Fundó en Jesucristo su Hijo
Amado, y confió a los apóstoles y así hemos de morir. PREFERIMOS
LOS TEMPLOS CERRADOS Y NO PROFANADOS.
ORIGINAL: Nunciatura Apostólica, Conferencia Episcopal
Colombiana. (7 Pág.), COPIAS:
Arquidiócesis, Diócesis, Parroquias.
ANEXOS: Listados
con Nombres y Apellidos, # Cédulas. (5 hojas). Carta de Monseñor Athanasius
Schneider. Protocolo Piloto Min Salud 11-06-2020 Pág. 12.